A veces es difícil darse cuenta
que las cosas no salieron como queríamos. Lo peor es descubrir que aun cuando
lo intentamos con ganas no quiere decir que algo vaya a funcionar, la vida
vuelve y nos tumba sin piedad. Nos cansa y coloca nuevamente en el mismo lugar. Pero es en este momento cuando debemos tener presente que Dios no da prueba que no podamos
soportar. Al final trae más satisfacción darnos cuenta que sin importar las veces que tocamos fondo, la desconfianza de los otros o
las criticas de nuestro alrededor no
perdemos la esperanza.
Hoy nos estamos quejando de las
cosas que nos pasan, lamentándonos por las decisiones que tomamos en el pasado.
Si, quizás no actuamos a tiempo, quizás no escuchamos cuando nos aconsejaron. Pero es que cada persona debe vivir su experiencia
personal, cada uno debe descubrir por si mismo que se siente la derrota, ya que si no conoces lo que es estar abajo no podrás
apreciar realmente el beneficio de estar arriba.
Hoy te quiero decir que todos
hemos pasado por algo parecido, todos hemos tenido malos momentos, días buenos
y no tan buenos y aun así seguimos luchando, progresando lentamente en un mundo
lleno de barreras que insiste en hacernos caer. Pero tú y yo somos muy fuertes
y seguimos con la frente en alto y con más fe que nunca.
PD: Pon un pircho en tu vida.
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