Caminaba por las calles con la vista borrosa, estaba tan confundida que hasta había olvidado como llorar. No entendía como mi pareja de años me había dejado en menos de 30 minutos. No respetó mi duelo, no esperó mi llanto, simplemente me dijo que ya no me quería más, sin más explicaciones nuestra historia terminó. De repente tengo un nudo en la garganta, mi existencia se ha vuelto tragedia. Ha llegado una tormenta a mi vida en calma y no sé cómo enfrentarlo.
He querido ocultar toda esta
historia, he dicho que lo he dejado yo. No saben la humillación que siento, el
sentirme dejada, el sentirme abandona y ahora, también tengo que soportar que
los demás hablen de mi a mis espaldas. Es cierto, solo faltaban días para nuestra
boda. Yo soy la que de verdad no lo logra entender.
¿Qué pasó? Como una persona que
dice amarte hoy de repente cambia su corazón mañana. ¿Cómo pudo romper mi alma y
seguir caminando sin mirar hacia atrás? No son días, no son meses… Llevamos… llevábamos.
Ahora, todo paso…
He decidido mudarme para
olvidarlo todo, estoy cansada de los comentarios de los vecinos, decirme que no
estoy en edad, que he sido abandonada y buscando todos mis defectos dando a
entender que la culpable de que me humillaran he sido yo. Tal parece que cuando
se es de una familia humilde y tienes un novio rico que te abandona, era lo que
estaba predestinado a suceder.
Llevo días sin dormir, no me
acostumbro a estar sola, no vivir con mis padres, el abandonar el hogar que me vio
crecer. En esta casa hace mucho frio, se escucha mucho ruido. Las paredes
parecen de cartón y puedo escuchar los sonidos que provienen desde la otra
habitación.
Me levanto para trabajar, apenas
he podido cubrir las manchas rojas bajo mis ojos, el cansancio en mi cara o mis
pocas ganas de vivir. De repente, un hombre que no conozco me mira fijamente,
todo en él llamaba mi atención. ¿Quién eres?...
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