Ciertamente que los años nos pasan por
encima y no nos damos cuenta, es hasta un día cuando te miras al espejo y
descubres que la gravedad va haciendo lo suyo, que los 15 están muy lejos y que
no eres lo que solías ser.
Creo que el tiempo pasa y nadie puede
hacer nada para pararlo, quisiera en este momento haber hecho caso a mi madre
cuando me decía que debía seguir una rutina de belleza aunque fuese joven pues
lo notaria al pasar el tiempo o esas veces que me decía ponte a hacer ejercicio
aunque ahora no lo necesites, el cuerpo te lo agradecerá cuando seas mayor. Hoy
en día me miro al espejo y veo que mi piel luce más cansada y que el proceso es
irrevertible seguirá luciendo así, aun cuando me ayude con tratamientos de
belleza, aun cuando cambie mis hábitos de comida, aun así ya no soy lo que solía
ser.
Los cambios no se sienten solo en el físico
pues a veces me veo a mi misma y a otras personas aceptando cosas que antes
imposible, pero es que realmente cuando pasa el tiempo buscamos menos
complicaciones, personas que nos hagan sentir bien, amigos de verdad y no esos
que solo andan por la fiesta y a la hora de un problema desaparecen. Creo que
cuando somos muy jóvenes creemos que el mundo no terminara, que tenemos toda la
vida por delante y que ya llegara el momento de preocuparse.. Ese momento llega
cuando empiezas a trabajar pues automáticamente
ya debes aportar dinero a la casa, necesita cosas, salida con amigos, ropa
nueva, citas y etc.
Ciertamente que estoy agradecida con la
vida que me tocó vivir y aunque soy joven solamente me gustaría decirles que un
día nos preguntaremos ¿ Por qué no le hice caso a mi madre cuando me decía que debía
cuidarme más? ¿Por qué nadie me dijo que sacar buenas notas en el colegio podría
definir mi futuro? La verdad es que esas son algunas de las preguntas que a
veces me hice.
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