Sin darnos cuenta la rutina se vuelve el eje central de nuestras vidas, crecemos y con nosotros aumentan las preocupaciones, la familia y la responsabilidad. El cumplir las expectativas y ser lo que los demás esperan de ti es una tarea de todos los días. Querer complacer a los amigos o a nosotros mismos es una carga constante que nos hace aislarnos más.
Llega un punto donde se nos
olvida la sonrisa en casa, no recordamos dar las gracias cuando alguien nos
hace un favor, olvidamos que se siente tomar el aire y hasta los besos parecen comprados.
Un beso todos los días antes de salir de
casa o una frase de ‘Te quiero` para no
piensen que algo anda mal. Nos olvidamos
de vivir.
Tomate un da para ti, un día para
hacer algo que de verdad disfrutes, acuérdate de sonreír al salir de casa, aun
cuando no tengas animo una cara
sonriente atraerá cosas positivas a tu vida… No dejes que la rutina se haga
dueña de tus días… Puedes hacer algo distinto, cambia el camino al volver a
casa, atrévete a ir a sitios que crees que no van contigo, hay muchas formas
distintas de demostrarle al cuerpo que la rutina es solo una palabra, que tu
puedes hacer de tu vida cada día algo distinto
Comentarios