Primero, sentí mi espíritu quebrarse, lentamente mi corazón dejaba de latir, miré como mis dedos empezaron a desangrarse y así me comencé a extinguir.
La cordura me abandonaba, me invadía la insensatez, era una
niña sin rumbo ahogándose en pensamientos rotos, risas a media, felicidad y
tristeza…. ¿Quieres que te salven? o simplemente te acostumbraste a este nuevo
ser.
La sombra me observa, coquetea con mi imaginación, me mira
fijamente mientras se desprende mi piel. Labial, fiestas, era tan tristes e irónicos
esos sentimientos que yo tampoco lo supe
comprender. Aún me sigo preguntando… ¿Sigues ahí?
Comentarios